martes, 14 de octubre de 2008

Que me da lo mismo.

Está muy visto el "a veces yo.." para empezar un poema.

Estoy cansada de mirar por la ventana en busca de inspiración.

El "me pregunto si..." ya ha perdido todo el sentido para mí.

Y en mi cabeza resuena aquella vieja y desgastada canción

que cuenta mis tristezas del pasado, y mi lastre del presente.


El futuro se pinta de colores chillones,

pero me falta descubrir si chillan de dolor,

de locura

de tristeza

o por pura desesperación.


No encuentro mi ritmo para estos versos,

y poco me importa.

He decidido que las costumbres no están hechas para mí

porque yo no sé estar parada como ellas se mantienen.

Y no quiero conjugar los verbos como tendría que hacerlo,

no me parece una buena forma de expresarme.


No creo en la certeza,

ni en el "seguramente"

Sería rendirme a la tranquilidad,

pero no busco estar estable.


Me gusta mi rareza,

mi vida frenética,

mi rutina insensata,

mis versos inacabados.

No saber qué voy a hacer

luego, o ahora mismo.

Que no me importe el qué,

ni el dónde, ni el cuando,

y mucho menos el por qué.


Alma enfrascada en misterios

resueltos por el tiempo,

de camino al mañana.


Sonrío sin conocimiento de causa,

y lloro por saber el final.

Sufro con los planes inamovibles,

me hincho si salen mal.


Y ahora que se acerca el momento

de dejar caer el telón aquí,

prefiero desaparecer entre bastidores,

a ser yo quien decida

cómo tiene que acabar.

sábado, 11 de octubre de 2008

-¿Te apuntas a lo del Plan Bolonia? -¿Y eso dónde está?

Creo que por primera vez voy a tratar aquí algo político. Y quizás sea la última también.

No pienso intentar convencer a unos u otros de nada. Mi intención no es hacer ver mis ideas políticas (aunque seguramente quedarán claras a lo largo del escrito). Lo que pretendo es concienciar de la importancia de la información.

Sí, yo soy de las que opinanq ue la información es poder. Una pistola se puede disparar contra uno mismo, el dinero acaba desapareciendo, pero la información sólo es peigrosa cuando está equivocada. Por desgracia éste es nuestro castigo por la era informática que vivimos: Internet puede ser un buen aliado, y
el peor de nuestros enemigos. Hay que saber esquivar, seleccionar, entender y ser críticos. Con todo esto, lograremos formarnos una opinión sobre una base firme.

Con el Plan Bolonia se está viendo muy claramente esto que digo. La gente no sabe de lo que habla, y ya está en contra, o escuchan hablar a sus papás de ello, y están maravillados. Pero, ¿por que no se saca información de otros lados? ¿Por qué somos tan vagos que no somos capaces de buscar nosotros mismos? Hay páginas que redactan a la perfección, desde un punto objetivo lo que es el EEES, pero claro, muchos oyen hablar del Plan Bolonia sin saber qué cojones significan esas siglas. ¿EEES? ¿Qué es eso? Eso es a lo que tendremos que adaptarnos todos de aquí a uns años, y si no es para nosotros mismo será para nuestros hijos, o para amigos más pequeños. Se habla de la dureza de las pruebas, de la exigencia, de la privatización, de la inaccesibilidad económica. Pero ¿por qué no se habla claro de todo eso? En los informativos no se da suficiente información, de hecho, no se da ningún tipo de información, sólo se habla de crisis, pero ese es un tema que tampoco dejan claro.

Se convocan huelgas en contra de Bolonia, y eso es algo con lo que ya me hierve la sangre del todo. ¡Por favor! ¿Una huelga convocada por el Sindicato de Estudiantes? En el Sindicato lo único que hacen es planear cuándo les viene mejor perder clase y allí colocan huelgas sin sentido. ¿Por qué no ese Sindicato, tan estudiantil y que tan preocupado está por nuestro futuro académico no se dedica a repartir panfletos con una información fiable y objetiva del EEES? Luego nos quejamos de manipulación por parte de los medios y por parte del gobierno, pero lo único que hacemos es repartir papelitos del tamaño de media cuartilla que ponga: "CON BOLONIA VAMOS HACIA ATRÁS". Y en vez de escucharse de parte de los estudiantes algún "por qué?" o "me informaré" se escuchan: "pues es verdad", "pues hagamos huelga".

Me repatean los hígados todos aquellos que dicen: "No haremos nada, pero es una buena excusa para saltarnos clase y fumar petas" (esto es verídico 100%). Así, vosotros seguid fumando petas, que llegará un momento en que seais justo lo que quieren: personas sin capacidad de decisión y fácilmente manipulables. Cuando esto se note y el mundo sea de quienes estábamos en contra, entonces lloraremos por no haber hecho nada.

Por favor, más información, más decisión y declaración de principios. Menos pose de niños progres por fumar poros al lado de rojos que no saben por lo que luchan.

¡Blah!

miércoles, 8 de octubre de 2008

Nexos copulativos y una pregunta trascendental.

Y hacerse un disfraz con jirones de un pasado que ya no me pertenece. Y pensar que en realidad no me importa, y llorar por dentro mostrando una sonirsa un tanto amarga que nadie discierne de las de verdad. Y sentarme en la cama a ver cómo pasa el tiempo burlándose de mí y de ti. Y mirar al techo y saber que no me importa. Y sentirte más cerca que nunca y tener la seguridad de que es la mentira más gorda que jamás he contado a nadie; y es irónico que sea precisamente a mí misma a quien engaño.

Y optar por dormir sabiendo que mañana será otro día, mucho más bonito que hoy, en el que los pajaritos volverán a cantar, tú volverás a reír y yo volveré a ser yo.

Y querer y amar y desear y anhelar y que todo sea como antes, antes de que te conociera, pero conociéndote.

Y que nada de esto tenga sentido en el mundo práctico y que aún así me importe un bledo.


¿Qué es un bledo?

sábado, 4 de octubre de 2008

Es todo por hoy.

Creo que ya lo he dicho alguna vez, pero envidio a aquellos a los que los versos les fluyen por todo el cuerpo, yo no soy así. A mí me fluyen los pensamientos, a todas horas, pero qué genial sería poder expresarlos de otra manera que fuera no esta prosa aburrida que emana de mí. Escuchar a rockeros con letras de plata, a raperos con esa poesía tan urbana y humana, leer poemas de almas nóveles bohemias y optimistas y pensar que llegarán lejos con sus palabras. Yo sé que jamás seré capaz de eso, conozco mis limitaciones, y me abruman; pero qué se le va a hacer, yo soy ésta y a mí me sale esto. A algunos les gustará y a otros no, yo no puedo (ni quiero) cabiar impresiones, no sé más que mostrarme tal cual soy: un poco estúpida a veces; muy insegura siempre, sobre todo con lo que a mí se refiere.

Creo que tengo insomnio, y no, no me gusta, siempre creí que eso debía de ser algo guay, pero no lo es. Demasiado tiempo despierta da tiempo a darle vueltas a la cabeza, a asegurarme mi inseguridad. ¿Poca autoestima? No lo creo, no me gusta la gente que se subestima, y yo me gusto a mí misma, así que... dos más dos cuatro, pero sólo a veces. Otras veces dos más dos no tiene solución, otras, dos más dos es algo tan complejo que prefiero no pensar en su resultado. Huyo de ello, porque también soy un poco cobarde. Y eso no me gusta tanto; de hecho, creo que es lo que más odio de mí misma, pero sigue formando parte de un todo, y yo no soy nadie para desequilibrar un todo. Negativo, positivo... ¿qué sentido tendría el uno sin el otro? El mismo que la muerte sin la vida. Una palabra tiene sentido siempre que tenga un antónimo y eso es lo mismo que ocurre con las actuaciones, con la personalidad, con todo.

Todo. Todo. Todo. Maldita palabra.

Esto no es nada, pero es todo lo que puedo ofrecer. Esto es todo.

miércoles, 1 de octubre de 2008

De lo eclarecedor de la agonía y lo hiriente de la alegría.

Me apetece escribir algo alegre por la gente que se preocupa por mí, por mi intermitente tristeza, y por mí misma.

Siento que ya no me salgan cosas de esas que te hacen llorar de felicidad por recordar buenos momentos, el tiempo maltrata el pensamiento, y eso que no soy vieja.

Quiero descrubrir, redescubrir, redescubrirme. Ya es hora y, modestia aparte, me lo merezco.

Sentir que tengo el mundo bajo mis pies es una de las sensaciones que más se repiten, junto con la sensación de soledad, en mi cabeza. Ese increíble poder de invencibilidad, de autosuperación, de autocrítica constructiva, de saber que se pueden volver a contruir las cosas que se tiran.

Soy una persona optimista, de verdad que sí, pero alguien dijo alguna vez que es más fácil escribir cuando las emociones desbordan el alma, y eso suele ocurrir cuando nos sentimos abatidos. Somos así de egocéntricos, de estúpidos, de ignorantes: no sabemos apreciar lo bueno, sólo le damos importancia a lo malo, o, al menos, se la damos con más fuerza. Vemos más claramente cuando algo nos duele que cuando estamos agusto con una situación. Tontería, pretensión, prepotencia. Sólo nos duele lo nuestro, no somos capaces de ver lo afortunados que somos... hasta que es demasiado tarde.
Las cosas las apreciamos cuando ya no están. Cuando nos damos cuenta de que se han ido para siempre lloramos por ellas, y eso es lo que hace que parezca que suceden más cosas malas en el mundo en proporción con las buenas. En el fondo yo no lo creo, yo pienso que un amanecer es algo maravilloso, algo más intenso que una dolorosa despedida, pero yo también soy humana, así que me doy cuenta de ello cuando es demasiado tarde, cuando la noche se cierne sobre mí.

Y el pasar tiempo contigo me hace darme cuanta de esas cosas buenas, casi insignificantes para muchas personas, porque hasta lo más mínimo alegre se intensifica, y lo más triste desaparece. Y de esto también me di cuenta cuando ya fue demasiado tarde; qué suerte tener una segunda oportunidad y querer aprovecharla al máximo. Gracias por preocuparte por mí, ya ves que estoy todo lo bien qe se puede estar; y si tengo días tristes es porque a veces la oscuridad gana al rayo de luz y no puedo evitar ver los colores en blanco y negro y no sacarle ningún partido a ello; pero en general, lo veo a todo color.

De nuevo, gracias.