No podía parar de moverse en la cama, dándole vueltas a las palabras que quería expresar y que sabía que no se atrevería nunca a decir. Ella imaginaba la conversación, y siempre empezaba con su voz diciendo:
-Eres la típica persona de la que yo me enamoraría.
Y él diría:
-¿Tienes una típica personalidad de la cual enamorarte?
Y así seguiría:
-Sí, una personalidad muy parecida a la tuya.
-Explícame eso.
-Una persona con la que poder hablar, que me entendiese cuando quisiera expresar algo sin necesidad de tener que expresarlo, pero dejando que aún así lo diga. Y dándome su opinión sin que le importase casi nada mi reacción, pero preocupándose si ve que reacciono mal. Ese tipo de personalidad.
-Entiendo.
-Ya.
-Y, si soy tu tipo, ¿por qué has dicho que sería la persona de la que te enamorarías y no has dicho que está enamorada de mí?
Aquí ella tardaría en contestar, pero al final lo haría.
-Bueno. Existen varias razones. La primera: sé cuando una causa está perdida... y no precisamente porque crea que no te enamorarías de mí, sé que sí lo harías. De hecho, a veces pienso que en cierto modo, ya lo haces.
-Ah, ¿sí?
-Sip. Pero esa no es la cuestión. La cuestión es que no puedo. Ni tú puedes. Los dos sabemos que no podemos. Sería una tontería.
-¿Y las demás razones?
-La siguiente razón que cobra sentido en mi cabeza es que no estoy tan loca como para decirte que estoy enamorada de ti. También puedes llamarlo miedo, no tengo inconveniente, y sé que lo estás pensando.
-Sabes mucho.
-Lo justo para saber que estoy a gusto manteniendo esta conversación contigo gracias a la amistad, y que no quiero perder esa posibilidad.
Aquí se estancaba, porque ella misma no sabría qué responder ante algo así. Tal vez un "me alegro" y seguir hablando de otra cosa. Tal vez un silencio que otorgara y seguir hablando de otra cosa. Tal vez un "tengo que irme", para no volver. Muchas teorías, ninguna segura.
Entonces se durmió. Y a la mañana siguiente no recordó nada.
Y era así noche tras noche. Hasta que un día se atrevió a decirlo, y nada fue como esperaba.
martes, 3 de febrero de 2009
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1 comentario:
¿Y se atrevió a decirlo en este mundo real, o en la virtualidad de sus sueños donde ella se sentía más segura?
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