jueves, 6 de noviembre de 2008

Ahora que el frío me congela las manos y los pies, a mí me entran ganas de bufandas de esas enormes que dan tres vueltas al cuello, de tomar chocolate caliente, que calienta la garganta, las manos y el corazón.
También, con esta oleada de frío me da por mirar a la gente que va bien abrigadita por la calle, con chaquetas largas, con guantes, con orejeras, con botas altas... con hiyabs... Sí, eso, con hiyabs (o velos islámicos) en verano tienen que ser una tortura, pero en invierno... tiene que ser una bendición.
Si sois un poco observadores, veréis que trato el hiyab como si fuera un simple trapo de vestir y bien... pese a las críticas que pueda recibir diré que sí, yo lo considero una simple prenda de vestir. El caso es que con esto de la entrada del invierno, además de congelárseme las manos y los pies también se me congeló un poco el cerebro, y ayer me dio por calentarlo. Me crucé con una chica islámica ( que reconocí por el pañuelo en la cabeza, no es que yo sea una experta en religiones) y un pensamiento me cruzó de pronto: "¿cómo puede ser que aún sean capaces de llevar eso? ¡Debería de estar prohibido!" Entonces saltó la alarma dentro de mí, me vi a mí misma representando todo aquello que siempre he odiado: que se use como excusa una prenda para señalar con el dedo y decir que es una cultura machista y atrasada.
Con esto no quiero decir que en realidad no lo piense, me refiero a que no lo pienso porque lleven el pañuelo, lo pienso porque es verdad. Pero ¡ay, señores! si nos parásemos menos a mirar lo exterior y empezáramos a mirar lo interior. A un rapero nadie se atreve a decirle que se compre pantalones ajustados, ni a un gótico se le dice que se ponga ropa de color naranja; es todo cuestión de subculturas, ¿por qué la sociedad no es capaz de entender que el hiyab es un símbolo de su cultura? Se escudan en que es una cultura machista, y yo no se lo niego, qué va, lo que no apruebo es que ponga tanto empeño en cambiar lo exterior y se paren tan poco a mirar el interior.
Me parece de lo más hipócrita reprender a una niña por llevar pañuelo en la cabeza y a otra que lleve un colgante con una cruz se le diga que es 'mona'. ¿El cristianismo no es machista? Me parece que habría que recordar esa historia del pecado original.. ¿quién tiene la culpa de que los humanos estemos castigados? ¡Oh, Eva! ¿por qué? ¡Vaya, por llevar la tentación en sí misma! Mirémonos más al ombligo, que lo tenemos un poco abandonado. Miremos los anuncios televisivos, miremos la discriminación positiva que favorece a las mujeres (a mí, personalmente, que lleve el calificativo "positiva" me parece más deplorable aún). La úninca diferencia es que aquí se esconde más ese machismo.

Si se quisiera solucinonar esto de verdad, se haría por otros medios, se harían conferencias, se daría la opción de elegir. Soy de la opinión de que un por la fuerza no vale nada ante un por la razón. Soy de las que opinan que se debe mantener a la gente informada proque como dije anteriormente, la información es poder. Si las mujeres islámicas supieran las posibilidades que tienen,de una forma bien argumentada, nada de "oh, te hará más feliz", seguramente la mayoría elegiría no llevar esa prenda que tal vez represente la represión. Y quizás otras muchas decidieran seguir llevándolo por su cultura, aunque despreciarían la faceta machista de ésta y poco a poco, pasito a pasito, cambiarían la visión de una forma mucho más cimentada.

Ahí os lo dejo, pensad sobre ello. Y para ayudaros, una perlita de la historia del cortometraje, a mí, me dejó impresionada, desde luego:

Hiyab, Xavi Sala: http://es.youtube.com/watch?v=MsITLQASqiE

1 comentario:

Valerian dijo...

Aquí creo conveniente añadir el detalle que las religiones en sí mismas no son malas, sino su uso (como un cuchillo, no es malo en sí mismo sino el cómo lo uses).

Yo considero que la diferencia entre el Islam y otras religiones más "integradas" en el siglo XX es que en sus países de origen no han tenido nunca una revolución francesa, una laicidad o un siglo de las luces (con la excepción de Turquía) que permitiera a las sociedades del norte de África y Oriente por lo menos terminar discerniendo entre lo que es política, religión y cultura. Una vez discernido eso puede ocurrir, como aquí que las iglesias ya se visiten sólo porque son bonitas (y no por beatitud), o en este caso que se pueden poner un pañuelo porque les gusta o les pueda parecer cómodo.

No sé, los caminos en estas cosas y más cuando se cruzan varias sendas son difíciles...