Patricia "Lurilla" Ñozú no ha declarado porque se le caía la cara de vergüenza. Todo lo que hemos podido sonsacarle entre risas (la hemos torturado chinamente) son palabras sueltas: "teatro", "absorvida", "sin vida social" y "pene". Esto último tampoco lo entendemos nosotros.
Pero, después de ver esta foto
Todo lo que podemos decir es que ella no es culpable de ser como es, y que fue víctima, siendo tan sólo una niñita, de una absorción de ondas cerebrales a manos de unos cerebros gigantes malvados.
Tras más cosquillas, hemos conseguido que nos asegurase que no se volverá a repetir una larga ausencia como ésta. También nos ha asegurado que nos quiere (pero es por el Síndrome de Estocolmo. Nosotros somos muy feroces)
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