Escribo a oscuras en mi cuarto,
un viernes a las tres de la mañana,
sólo para probar mis habilidades,
sólo para ver si esto lo poría hacer con los ojos cerrados.
Y, al encender la luz,
descubro líneas torcidas
y una letra pésima.
Y a mí me da por llorar
un viernes a las tres de la mañana.
sábado, 27 de junio de 2009
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