miércoles, 23 de julio de 2008

Harta

[He vuelto a mis orígenes más originarios. Cuando escribía con esa rabia que me salía por los poros. Cuando sentía que lo que escribía tenía sentido. Cuando sentía que eran verdades como puños. Al fin con destinatario(s) claro(s). No creo que siga así mucho tiempo. sóolo ha sido un ataque de ira momentáneo. Así es como descargo yo mi furia... si todo el mundo fuera así, qué hermosas serían las guerras]



Harta de tanta sonrisa falsa por la calle que hace que mis esfuerzos por sonreír de una forma sincera no sean valorados como se merecen.

Harta de tanta niña inmadura que se pone tacones y se cree mayor. Todo lo que he luchado yo por adquirir mi madurez se va por el retrete con sus toallitas desmaquilladoras.
Harta de tanta palabrería que pretende encadilar. Después, cuando hablo yo, no se me toma en serio, se me considera "una más que dice lo mismo"; pero lo mío sale de dentro de verdad.
Harta de que en esta vida no importe si se hace daño a una persona o no. Así, a mí me cuesta el doble levantarme... pero me levanto.
Harta de tanta gente que no sabe controlar su rabia: rabia sin fundamento, mal enfocada. Cuando yo estoy rabiosa, rabiosa de verdad, he de aguantarme porque puedo ofender a alguien; muerdo una almohada, doy puñetazos a las paredes, chillo y lloro y pataleo cuanto quiero, pero jamás me veréis pagarla contra quien no tiene sentido pagarla, contra quien no se la merece.
Harta de tanto hartamiento, que no me deja dormir en paz por las noches y me apabulla con sueños extraños.


Harta de toda esa gente que se queja de sus problemas insulsos como si fueran los peores del mundo, y luego acusan de egoísta a todo aquél que no le escucha. Hoy mi problema son esas personas que no ven más allá de sus narices, que no reflexionan antes de pisar, y que pisan sin remordimientos. Que no sienten más que lo suyo y no sufren más que los demás sólo porque lo aseguren.
Hoy, me río en vuestra cara porque cuando tengáis un problema... cuando estéis agonizando de dolor porque algo os queme tanto por dentro... no lo soportaréis. Ahora os hacéis tanto las víctimas sin si quiera imaginaros que podéis llegar a tener un problema serio que cuando se os presente no tendréis a dónde ir, a dónde huir, a dónde llegar. A partir de ese momento (si es que hay más momentos), tal vez empecéis a daros cuenta de que no sois el puto ombligo del mundo.

1 comentario:

Ene de Nadie, de Nunca dijo...

Ay, Pe, el ser humano...
A ver si tomamos lecciones de Sociología, quizá así entendamos algo. (Aunque, en realidad, tú y yo sabemos que ningún libro puede enseñar lo que no enseñe la vida.)