martes, 8 de julio de 2008

¿Me concedes este baile?

En esta noche clara la música de una guitarra dolida me acompaña. Para variar, en esta noche de verano madrileño no me apetece dormir; me apetece escribir. Escribir sobre cosas hermosas, y si yo soy la protagonista de esas cosas, mejor que mejor.
La historia se repite, y yo estoy dentro de la espiral de nuevo. Esta vez, sin embargo, no siento que soy la única que no encuentra su sujección. Ahora siento que me da lo mismo, que incluso me gusta este espídico movimiento incesante. No puede ser tan malo, y hasta que encuentre mi poste me va a costar, al fin lo acabé entendiendo. Lo que poco a poco guardo en mi maleta no está mal: son bonitos (o no) recuerdos y sé que algunos no me hará falta sacarlos en mucho tiempo poque tendré algo mucho más firme que una simple fotografía o un collar de macarrones confeccionado entre risas. Tengo seguridad, por el momento. Quién sabe lo que se llevará o traerá esta ventisca... ¿Y a quién le importa?

Mi cigarro se consume y yo a penas le he dado dos caladas. Ya es hora de notar cómo la vida invade mi pecho con su humo, sin preocuparme de cómos o porqués.
Si se oye una canción triste desde los altavoces, podemos bailar intentando que el tiempo pase lo más deprisa posible hasta que se torne en una alegre. Si suena una canción antigua... recordemos los pasos que fallaron anteriormente y cambiemos justo ahí nuestra coreografía. Si lo que invade nuestros oídos es una melodía desconocida, descubramos delicadamente cada acorde para saber si hemos de movernos con lentitud y llorar, o si nuestros pies crearán polvo de lo rápido que se moverán mientras reímos a carcajadas.
Pero jamás, jamás debemos dejar de bailar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

También podemos bailar despacio y con una gran sonrisa que refleje mejor el sol que la propia luna; o muy deprisa y llorando hasta que caiga en coma nuestro corazón...Quién sabe la canción que sonará esta noche ¿no?
La canción de esta tarde ha sido tranquila, pero con acordes en que pararse meditar. Algunos nos sonaban de otras canciones ya pasadas, pero otros son nuevos y tienen un regusto a filosofía...
Más veces, please. Más canciones ;)

Por qué soy anónima, la eterna pregunta XD

esquinacontal dijo...

"Si quieres bailamos,
me pongo los zapatos
y me llevas...
(y me llevas contigo)
por este mundo oscuro
y desconocido
del compás"