martes, 15 de julio de 2008

Vida insanamente sana.

¿Cuántas personas? ¿En cuántos textos? ¿En cuántas reflexiones patéticamente profundas? Pienso en ese número, en esa cifra y me doy un poco de lástima. Lástima porque ahora voy a formar parte de ella; ahora seré uno de los tantos que han dicho en algún momento: "mi cama está vacía y yo no lo soporto". Ya está dicho.

Despertarse por la mañana y recordar que no recuerdas a nadie ni nada especial. Acostarte de madrugada y lamentarte por no poder dormirte imaginando cosas que te apetecería estar haciendo en esa cama en vez de dormir. Abrazarte a la almohada y que no haya ningún olor además del tuyo reposando en ella. Y todo después de haber estado todo el día viendo series donde el amor triunfa y el sexo abunda; después de leer declaraciones de amor que van mucho más allá de todo lo conocido.
Que te dé miedo sentarte a escribir por si, en un descuido, empiezas a escribir cosas sensibleras que digan que extrañas el no extrañar (y lo terminé haciendo). Que no te apetezca hacer otra cosa además de comer, y que pretendas olvidar cuál es el motivo. Y comerte broncas que piensas no merecer sin decir nada por el simple hecho de que no tienes valor a aceptar que sí las mereces, aunque no se aplique a lo que te lo están aplicando.

Los pensamientos van y vienen, como furtivos, sin permanecer mucho tiempo por miedo a ser pillados y tengan que quedarse, hasta que descubres que lo único que puedes pensar es "se acabó, aunque no puedo decir qué fue lo que acabó porque no sé qué hubo". Nunca lo preguntaste, y nunca lo peguntarás.

Y, joder, deseas sufrir amando. Deseas no ser fuerte. Deseas que las lágrimas se perdan en un charco en el suelo; pero no te atreves a llorar. No llorarás porque no lo mereces, porque es una tontería. Pero tú quieres suspirar. Sabes que eso sería difícil, sabe que quizá estarías aún peor... pero quieres ese sufrimiento para ti, porque crees que es lo más hermoso del mundo.

Joder. La mierda más hermosa del mundo... y tú no la tienes. Qué triste, ¿no? Aunque es mucho más triste esta declaración, esta carta sin destinatario, esto que escribo fruto del egoísmo, y fruto
del anhelo de esa vida insana que me gustaría tener y que no tengo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En mi opinión, los sentimientos que nos producen las cosas que no tenemos son los peores, los mas profundos y sentidos...pero también creo que con ellos conseguimos expresar las cosas más hermosas.
Así como los presos escriben sobre la libertad, los solitarios escriben sobre el amor más pasional y profundo...
Si lo hubieras tenido, no hubieras escrito esta maravilla.

Y por si te da por preguntar, esto no significa nada bueno ni nada malo...es una opinión a un sentimiento tan bien expresado, only =)



(Cosito te quiere, si te sirve de algo (bueno, y yo un poco, vale))