jueves, 5 de junio de 2008

Para (no) ver.

[Lo he encontrado por ahí, buscando el principio de mi tema de Kant. Es lo que tiene no colocar los archivos y que tods estén revueltos. Rayada, I know.]


Para no ver, basta con cerrar los ojos. Haz la prueba: ciérralos, y verás, en sentido metafórico, claro, porque no verás absolutamente nada. Aunque eso es mucho decir... porque la nada es negra, ¿no? Bueno, nadie ha visto la nada, así que no sabemos cómo es. Y no, no me discutáis esto, porque si lo estás viendo, es que hay algo, y donde hay algo no puede estar la nada. Aunque, según este razonamiento, la nada no existe, si existiera, tendría que estar en algún sitio... pero si está en algún sitio ya es algo. Para los que se hayan perdido: algo es antónimo (es decir, contrario) de nada. P y no p es una contradicción, y una contradicción no se puede ni pensar; yo lo veo clarísimo. Bueno, ahora no, ahora veo esa nada falsa y negra porque tengo los ojos cerrados, era para hacer esa demostración de que las cosas no se ven si no ves nada. Aunque empiezo a pensar que es mentira eso, pues ya llevo media hora sin abrir los párpados y he descubierto que la nada no existe y eso es ver algo... en sentido metafórico, claro, porque yo no he visto la nada. La nada no se puede ver, porque no existe. No entiendo por qué tenemos un nombre para algo que no existe, ¿por qué alguien pensó en la ausencia de cosas si nunca va a llegar a comprobar si eso existe? Qué ganas de complicase la vida. Si piensas que puede haber un espacio de cosas nunca llegarás a averiguarlo, porque si tú lo estás observando, ya hay una cosa allí. Es como preguntar si un árbol suena cuando se cae y no hay nadie alrededor. ¿Cómo quiere alguien descubrir eso? Es una pregunta trampa. Lo veis todos, ¿no? Pues si no lo veis, cerrad los ojos, que no sabéis cómo ayuda a verlo todo mucho más claro.

1 comentario:

Sayuri dijo...

He tenido más de una discusión sobre la pregunta del arbol. Nunca se ha sacado nada en claro. Yo argumentaba que las cosas existen más allá de nuestra percepción, el arbol sonaba independientemente de si era escuchado o no. En contraposición, decían que el sonido se define como aquello que puede ser escuchado, entonces, el árbol no suena. Creabamos un círculo vicioso en el que yo discrepaba sobre su definición de sonido y el debate volvía otra vez al punto de partida hasta que ambas partes nos cansabamos y lo dejabamos en el cajón de las miles y miles de preguntas sin respuesta de la humanidad.

Un texto algo paranoico, de esos en los que con cada lectura encuentras algo nuevo que hace que tu cerebro se caliente aún más pensando que es posible extraer un sentido más profundo, más exacto aunque al final acabas con las neuronas carbonizadas. Pero me ha gustado eso que dices, mantener los ojos cerrados durante un rato es una especie de limpieza renovadora. En ese espacio de tiempo te sientes relajado y ajeno al mundo, cuando los abres parece que las cosas han cambiado la posición en la que estaban y todo está más iluminado.

Gracias por tu opinión. Por supuesto que no me molesta, al contrario, es bien recibida. Si todos nos limitaramos a decir que algo es feo o bonito sin ninguna otra razón más que un miserable ''porque sí'' o ''porque no'' sería muy aburrido y nadie podría superarse, ¿no crees? Yo misma critico ese aspecto lúgubre y pesimista que tienen la mayoria de los escritos que publico en ese blog. Por mi situación y mi carácter tiendo a ver sólo el lado negativo pero poco a poco voy disfrutando de las pequeñas cosas.

Cuídate.